Tras ser abucheados en el zócalo capitalino durante el Grito de Independencia la agrupación Yahritza y su Esencia, no aguantaron presión y prefirió ron tomar sus maletas y volar a Washington, para comer su comida favorita, no escuchar el ruido de la CDMX y estar en su ambiente.
Ni la tregua que pidió el presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador, sirvieron para que los capitalinos al grito de ¡fuera, fuera!, bajarán a los hermanos Martínez del escenario colocado en la Explanada del Zócalo, donde la agrupación logró solo interpretar una melodía y bajarse enojados, cabizbajos y sabiendo que el público mexicano no olvida la afrenta que les hicieron al hablar mal de la gastronomía del país, que los había recibido con los brazos abiertos.
Aunque en un principio Yahritza y su Esencia, eran una de las agrupaciones más queridas y esperadas en territorio mexicano, tras el éxito con Grupo Frontera, «Frágil», todo se vino abajo cuando la cantante quien es hija de padres mexicanos y criada junto a sus hermanos en Washington, revelará en una desafortunada entrevista qué la comida mexicana no le gustaba, que el ruido de la ciudad no le parecía y prefería hablar en inglés antes que el español. Con todas estas declaraciones y la arrogancia con la que se mostró en los días posteriores cuando los heats no pararon en llenar las redes sociales, hicieron que los ataques fueran subiendo de nivel.
La gira que se planeaba hacer por toda la República tuvo que ser cancelada pues en las pocas ciudades donde se iban a presentar el abucheo no se dejaba esperar. Artistas como Grupo Frontera, Ana Bárbara y otros con los que se habían pactado colaboraciones, decidieron mejor estar «de lejitos» y no ser parte del escarnio público al qué fueron sometidos los hermanos.
Incluso su manager estaba sorprendida por el trato que los mexicanos dieron a sus muchachitos y en un live mencionó sentirse triste, «yo vengo muy seguido a México a veces hasta dos veces por mes, nunca me imagine que un comentario sacado de contexto, despertara tanto odio por unos niños».
Finalmente nadie pudo frenar el rechazo del pueblo mexicano al grupo a quienes acusaron de fanfarrones y malinchistas, «Ellos se avergüenzan de sus raíces, de sus padres que son mexicanos», «si tanto les molesta México que se regresen a Washington», fueron solo algunos de los comentarios que se aparecieron en las diferentes redes sociales.
Convencidos que con México, sus costumbres, su gastronomía, tradición y hasta su ruido nadie se mete, Yari y sus hermanos abandonaron el país, sabiendo que nunca podrán regresar a estas benditas tierras a las qué desde su llegada le hicieron el «fuchi».
