El grupo argentino se adentra a los nuevos sonidos y además se transforma interiormente
Como melómanos que son, los integrantes de Babasónicos consumen la música nueva que todos los días llega a las plataformas, esto es lo que les permite crear sonidos distintos en cada disco y seguir conectando con las nuevas generaciones y mantenerse en el gusto del público, al menos esto es lo que aprecia el guitarrista Diego Rodríguez.
“Estamos contentos de que la edad de nuestros fans vaya variando, sabemos que la gente que nos sigue desde hace mucho tiempo quizá no tiene curiosidad de escuchar la novedad, pero es algo que sí hacen los jóvenes, porque están acostumbrados a la música nueva, no buscan el rock antiguo, ni el pop de hace 15 años”, afirmó el músico.
La banda sigue las playlist semanales y éstas les dan pauta para componer cosas distintas, no caer en lo mismo o en viejos trucos como tocar con orquestas. De hecho, esto mismo es lo que les ha permitido transformarse desde adentro y crecer vocalmente como banda, no sólo por parte de Adrián Dárgelos, el vocalista, sino del resto de los miembros.
Rodríguez, por ejemplo, es el encargado de los coros y ha evolucionado a tal manera que ahora es más una segunda voz y referencia clave en temas de su anterior disco “Discutible”, lo cual es primordial en los shows en vivo, porque les permiten ofrecer conciertos más orgánicos.
“La fuerza de la voz de Adrián es buenísima, pero muchas voces y contravoces quedan a cargo mío y mis compañeros también apoyan para lograr una armonía, lo que hace que Dárgelos se sienta más cómodo para dedicarle tiempo al público y convivir con ellos, porque sabe que nosotros seguimos y él puede incorporarse en cualquier momento”, detalló.
Rodríguez también se encarga de meter esos sonidos nuevos que hacen con los amplificadores y audios que graban previo en los shows en vivo, lo que le da un estilo más fiel al álbum.
CRÍTICOS
Con todas estas prácticas trabajaron su nuevo disco “Trinchera” en el que siguen haciendo letras sociales y críticas, porque sin importar si son baladas o no, buscan dejar un mensaje, sobre todo porque fueron temas escritos tras la reflexión de todo lo que vivieron en los dos años de pandemia, principalmente los sencillos “La izquierda de la noche” y “Bye bye”.
“La primera canción habla más de retomar esa diversión que perdimos en ese encierro. De gozar, salir y disfrutar de las citas sin preocuparse. Y si bien la segunda parece más romántica, en realidad habla de un personaje descarado, un sinvergüenza al que no le importa nadie ni nada”, señaló.
Gustavo Cerati participó en el primer disco de la banda, titulado Pasto (1992).
Su disco “Impuesto de fe” fue nominado al Grammy como Mejor video musical versión larga.
1991 fue el año de su debut en Argentina.