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El placer del K-pop: erotismo, la otra clave de su éxito global

El entretenimiento, el erotismo y la sensualidad han formado una de las triadas más poderosas en el mundo del capitalismo, y el K-pop no escapa a esta regla que cumplir al pie de la letra ha llevado el género a lugares insospechados

Sin escuchar siquiera la canción, los movimientos sensuales y lentos de pelvis de los integrantes de EXO fueron los que causaron un gancho inmediato en Roxana, quien sólo buscaba distraerse a las tres de la mañana con videos en Instagram sin pensar que un clip de dance practice (práctica de baile) la haría obsesionarse con el mundo del K-pop, en donde se dice que una vez dentro ya no hay vuelta atrás.

The Eve, una canción de EXO (considerados uno de los máximos exponentes del pop coreano), causó revuelo en el 2017 por la coreografía en donde los integrantes de la agrupación realizan movimientos provocativos acompañados de una lírica sexual que se disfraza de un sencillo que sobre la superficie habla acerca de intentar algo de nuevo.

“Tienes que romperlo

Así podremos vernos

Tengo que gritar fuerte

Para extenderlo lejos

Las luces brillantes se extienden

Y alejan la oscuridad

Debemos despertar otra vez

Al nuevo mañana”, se escucha en la melodía.

Para Roxana Carrillo, quien se considera kpoper desde hace cuatro años, su entrada al mundo del pop coreano tiene su explicación en los bailes sexys, la imagen de “chicos malos” que pueden manejar ciertas agrupaciones y que los idols (artistas) son indescriptiblemente atractivos.

Miradas angelicales, coreografías sensuales y perfectamente sincronizadas, cuerpos simétricos, piel aterciopelada, un aura de etereidad y la infantilización de los cantantes son algunas de las claves con las que el K-pop disfraza su erotismo, uno de los elementos principales que podrían explicar su éxito a nivel mundial y que lo ha convertido en todo un fenómeno que reditúa a Corea del Sur alrededor de 12.000 millones de dólares al año.

K-erótico

El erotismo, personificado por el dios griego Eros, va más allá de la sensualidad al comprender expresiones faciales complejas, acciones corporales y manifestaciones verbales (sonoras o visuales) que puede disfrazarse de algo sutil e inocente o bien ser explícito.

La sexóloga Karimme Reyes ‒mejor conocida como Ka‒ señaló que los terrenos del erotismo son un “holón” de la sexualidad y, al mismo tiempo, está ligado al placer: “Se trata de algo que te genere placer al ver, al oler, al tocar, al escuchar, al comer…”.

La mercadotecnia y el erotismo siempre van juntas, pues una clave para vender será el despertar los sentidos: “Esto hace que queramos más de ello, y en el entretenimiento si eso lo llevas a lo sexual, de que el sexo vende, tienes una fórmula muy buena”, señala.

Ka añade que en la industria coreana se retomó la cultura de las boy bands tan exitoso y conocido en occidente, lo que ha facilitado que el K-pop tenga una conexión con ciertas comunidades y lo que al final llevaría al sex appeal, aunque con una visión asiática y distinta de la masculinidad y lo “sexy” en las mujeres.

Explosión de la imagen
Rodrigo Labastida ‒quien se considera “Sone” por su amor a Girls Generation‒ apunta que en la mayoría de los casos se explota la imagen de los miembros más atractivos o más populares para atraer a más fanáticos y hacer que los fandoms crezcan a fin de alcanzar reconocimiento global.

Previo al boom de la música coreana en occidente, las agencias de entretenimiento apostaban por la imagen tierna y adorable de los idols no sólo en los conceptos musicales, las coreografías y los videos, sino también en sus comportamientos en shows de televisión, una de las vías más importantes para dar promoción a los grupos.

Estas expresiones, también conocidas como “aegyo”, son usadas al máximo tanto en mujeres como en hombres para infantilizarse, al tiempo que el erotismo parece accidental. Ello implica también el manejo de una imagen angelical y pura que se tiene que complementar con cuerpos delgados en el caso de las mujeres y en el uso de ropa en colores pastel en los hombres.

La youtuber conocida como “La Insolenta” señala en entrevista que, por el contrario, el “aegyo” podría no tener nada de erótico, pues indicó que es un aspecto relacionado más con la cultura surcoreana, similar a lo kawaii en Japón que no sólo lo usan los idols, sino la gente en general de todas las edades. No obstante, no niega que el concepto cute se puede mezclar con lo sexy en cuanto a la ropa o las letras e incluso que puede resultar estimulante visualmente.

Prueba de ello la letra de Ice cream, una canción de BLACKPINK en colaboración con la cantante Selena Gómez que posee connotaciones sexuales, incluso cuando el video y coreografía no lo sean tanto.

“Hay gente que le gusta porque se ve lindo y eso es lo que les gusta que se vean así de jovencillos, de lindos, de pulcros y de inmaculados, entonces en ese sentido a esas personas les va a aparecer atractivo, pero creo que eso está más en en en el ojo que lo ve que en sí en el concepto”, apuntó la creadora de contenido.

Por otro lado, aunque el concepto “girl crush”, “maduro” o “sensual” existió desde un principio en la historia del K-pop, tras la occidentalización de esta industria las empresas han buscado atraer a las fans internacionales que están acostumbrados y que les gusta “ver más piel”.

“En occidente estamos más acostumbradas a cuerpos un poco más musculosos, no tan delgados, entonces yo creo que vieron ahí un mercado”, explica Roxana, quien de igual forma muestra su interés en grupos como 2PM o SF9, que retoman conceptos “maduros” con canciones y videos que hablan abiertamente sobre el deseo.

“La Insolenta” cuenta que uno de los momentos culminantes para el concepto sexy vino con el grupo Stellar y su canción Marionette, un video que fue considerado demasiado revelador y que fue un enorme escándalo en Corea del Sur que incluso llegó a opacar las Olimpiadas de Invierno de 2014.

A raíz de este “éxito”, entre comillas porque las integrantes fueron criticadas y presas de la cultura de la cancelación, varias empresas pequeñas buscaron replicarlos con sus grupos como fue el caso de 4L y su video Move.

“Es una canción con una coreografía que a mí me parece repulsiva, donde se tocan la entrepierna y hacen un paso como de cangrejo con la cámara en medio de las piernas, y la cuestión es que otras empresas tratan de buscar ese efecto (de Stellar) no lo logran y llega un punto en donde la gente se harta y entonces van por todo lo contrario, lo recatado y lo súper cute, y de ahí empieza una nueva era […] es lo que estamos viendo ahora, el ejercicio normal de que igual la gente se satura de lo cute y pasa a lo sensual”, señala la youtuber.

No obstante, el mercado sigue limitado para las idols mujeres, pues son las que más han sido criticadas por la sociedad coreana que aún muestra resistencia a que hagan conceptos extremadamente “sexys” como pasa con CL, Hyuna, Hwasa, Jessi, Hyolyn, entre otras.

Irónicamente, las fancams (videos en donde se enfoca a un integrante en específico durante una presentación) más vistas son aquellas en donde las mujeres hacen pasos “subidos de tono”, dejan ver un poco más de piel o realizan expresiones faciales “irresistibles” como una mirada seductora, apretar los labios, respiraciones agitadas, entre otras cosas.

“En Corea hay una cultura bastante diferente, existen muchísimos foros donde solo hay hombres, esos foros son gigantescos, y ahí se empiezan a pasar estas fancams, se hacen bien populares y los hombres lo consumen como contenido erótico”, dice “La Insolenta”.

Para Armando Montes ‒quien se declara fan de TWICE a raíz de que hicieron una canción para el Campeonato Mundial de League of Legends‒ la industria oriental es más “bestial” en comparación a la occidental con los artistas al obligarlos a mantener ciertos “estándares”, al tiempo que reconoce que su idol favorita, Tzuyu, le es de su agrado por “su rostro y su puesta en escena”, y puede llegar a generarle aspiración en sus relaciones amorosas.

Aunque su estética de fantasía sacada de un anime se ha adaptado a la mirada del erotismo occidental, otra de las vertientes es que a las cantantes se les presiona para que sean lo más delgadas posibles, con caras pequeñas y ovaladas; piernas y brazos simétricos; dobles párpados y un halo angelical que alimenten la idea de una “Lolita oriental”.

Sofía Palacios, fan de Suga de BTS, comenta que la internacionalización del K-pop, y sobre todo la entrada al mercado estadounidense, dio paso a la apertura de mostrar más la piel a los idols, sin embargo, asegura que sigue siendo molesto que aún predominen los cuerpos delgados cuando son artistas que pueden influenciar a muchos jóvenes.

Desde el punto de vista de Rodrigo, la imagen que se maneja de los idols también implica estándares bastante altos e imposibles de alcanzar para el público fuera de Asia, jugando con el aspiracionismo en el lado occidental.

El fanservice y el factor homoerótico
El fanservice se ha convertido en otra herramienta fundamental para explotar el factor erótico. Este término creado en Japón por fans del anime y manga cumple el propósito de satisfacer los “deseos” de los espectadores. Una ilustración de esto era mostrar a los personajes en escenas de ducha o baños termales, como ocurría en Ranma ½.

En el mundo del K-pop, el fanservice puede ser que un idol hombre se alce la camisa para dejar ver un abdomen marcado, optar por ropa que transparente sus figuras, pero esto va más allá al incursionar también en el homoerotismo, es decir, se da el emparejamiento romántico de idols como podría ser el Vkook, nombre que proviene de la mezcla de ver románticamente la relación entre V y Jungkook de BTS aunque ello no sea real.

“La Insolenta” explica que, debido a los escándalos que puede desatar la interacción de idols del sexo opuesto, es que las empresas empiezan a optar por el factor homoerótico que es bien aceptado por las fans, pues “es una forma de ver al idol en un entorno romántico y erótico, pero a la vez sin que genere celos, lo que me parece muy extremo”, dice.

Al mismo tiempo, añade que hace un tiempo se destapó que “algunas empresas motivaban económicamente a los artistas para que interactuaran e hicieran skinship (contacto físico) y así dar ese ‘fogueo’ a las fans”.

Agrega que recientemente también han surgido grupos que buscan atraer al público LGBT+, como es el caso de OnlyOneOf y su canción LibidO, que es un concepto meramente homoerótico; lo mismo con Irene & Seulgi y su video Monster o Brown Eyed Girls y Abracadabra, en donde se retratan historias lésbicas.

De ello también se desprenden las fanfics, es decir, historias creadas por fans en donde la mayoría de las veces se narran relatos sexuales o románticos entre los integrantes de un mismo grupo.

Para exaltar el elementos erótico en la industria también se ha recurrido a juegos como el “pepero game”, que consiste en que los integrantes de un grupo formen parejas: mientras uno detiene la galleta con sus dientes, el otro debe morder la galleta y procurar que quede el más mínimo pedazo, por lo que muchas veces los idols terminan rozando sus labios.

Lo mismo sucede en el “paper kiss game”, que se basa en hacer una fila y pasarse con la boca una hoja de papel sin que se caiga, lo que da pie a besos accidentales.

¿Novios o cantantes?
En el 2015 un escándalo salpicó a Super Junior: todo comenzó después de que el grupo acumulara más éxito con la canción Mamacita, cuando uno de sus miembros conocido como Sungmin reveló que había contraído matrimonio sin que nadie tuviera idea siquiera de que estuviera en una relación con alguien.

Esta situación desató la furia de muchas de sus “fans” quienes aseguraron que el haberse casado sin informarles desde antes que mantenía un noviazgo era una “ofensa”, por lo que llegaron a pedir su salida inmediata del grupo bajo la amenaza de boicotear futuras promociones de los chicos si el joven seguía en la agrupación. Aunque en la actualidad la empresa S.M. Entertainment aún lo considera un integrante, Sungmin se ha mantenido alejado de las actividades grupales.

La cultura confuciana, meramente patriarcal, es bien adoptada entre los fanáticos de los girl groups. Cuando las integrantes de Girls Generation le hicieron “ojitos” en broma a otro grupo en un show de televisión, el público en respuesta aplicó un “oceáno negro”, es decir, apagaron sus lightstick (linternas que se usan en los conciertos) y se mantuvieron en silencio para mostrar el rechazo por las acciones de supuesto coqueteo.

El escenario de prohibición de citas se replica para todos los grupos, sin importar la edad que tengan, con fans que advierten el dejar de apoyar a cierta banda si un día anuncian que salen con alguien y, peor aún, si llegan a contraer matrimonio.

No obstante, en últimas fechas artistas como Hyuna y Dawn, Chen de EXO y Bobby de iKON, quienes han anunciado noviazgos, se han casado o son padres, han logrado hacer agujeros en la barrera sobre la cual los artistas deben pretender ser puros y virginales.

“La verdad es lo que me gusta, la imagen pura que se procura en los idols. A diferencia de Estados Unidos donde hay tanto drama, escándalos de drogadicción, que sean tan vándalos, como Justin Bieber y los líos en los que se ha metido. La imagen de los idols cuidada en cuanto a la responsabilidad de ‘me sigue mucha gente y voy a comportarme moralmente de la mejor manera’ me gusta…pero la exageración a la que lo llevan sobre la pureza, que no pueden cometer ningún error o si se equivoca se le cancela, eso no me agrada”, enfatiza Sofía, quien se hizo kpoper en el 2014 tras conocer a Super Junior y luego se alejó del grupo tras la falta de apoyo hacia Sungmin.

La industria del K-pop tiene factores que venden más incluso por encima de la propia música, como lo es el atractivo sexual que muchas veces provoca que los fanáticos vean a su artista favorito no como un idol, sino como un novio o una novia, lo que muchas veces también raya en el acoso.

Un buen ejemplo es el caso de Nayeon de TWICE, quien ha sido hostigada por Josh, un hombre de origen alemán que ha viajado a Corea del Sur para seguirle la pista muy de cerca, subiendo al mismo avión que ella para verla y lanzándole amenazas sobre hacerle daño físicamente si sale “en secreto” a sus espaldas, pues él cree ciegamente que es su “novia”.

Al respecto, Sofía asegura que si hace unos años los integrantes de BTS hubieran anunciado que tenían novia no hubiera sido tan grave, porque la mayoría de fans estaban meramente por el factor musical, pero en la actualidad con su éxito global sí habría reacciones negativas de quienes han quedado “cegadas” por el fanatismo.

Los dueños del negocio
El negocio del K-pop no se ha puesto en duda ni siquiera en la época de la pandemia por coronavirus, pues las principales agencias de entretenimiento de Corea del Sur siguen reportando ingresos de millones de dólares al darle la vuelta a la pandemia con, por ejemplo, conciertos en línea con altos filtros para impedir transmisiones ilegales en otras plataformas.

De acuerdo con los datos de Statista, las cuatro principales agencias de entretenimiento de Corea del Sur (S.M. Entertainment, YG Entertainment, JYP Entertainment e HYBE Labels) reportaron ingresos por arriba de los 112 mil millones de dólares en 2020, el año más difícil para el mundo por el COVID-19.

Según las cifras, S.M. Entertainment fundada por Lee Soo-man y que alberga exitosos grupos como NCT, Super Junior, Girls Generation, SHINee, Aespa, Red Velvet, entre otros, facturó en el año 2020 alrededor de 452 mil millones de dólares.

Por su parte, la agencia YG Entertainment, que posee bajo su sello a las enigmáticas BLACKPINK, a los ya posicionados Big Bang, iKon, Akmu o Winner, sumó en ese mismo año 199 mil millones de dólares.

En tanto que JYP Entertainment (que tiene a Twice, Stray Kids, ITZY y en ese entonces a GOT7), sumó a su cuenta 112 mil millones de dólares.

En un costal aparte se encuentra HYBE Labels, una empresa que entre sus subsidiarias tiene a Big Hit de donde se desprende BTS; Source Music, de donde era GFriend y ahora está Le Sserafim; o Pledis Entertainment, que tiene a Seventeen; facturó en el 2020 alrededor de 621 mil millones de dólares.

Actualmente Bang Si-hyuk, fundador y presidente de Hybe, que anteriormente fue compositor para JYP Entertainment, se encuentra en la posición número 12 de la lista de las 50 personas más ricas de Corea del Sur publicada por la revista Forbes en abril de 2022. En el ranking de los multimillonarios a nivel mundial se encuentra en la posición 1053 con una fortuna estimada en 3.3 mil millones de dólares.

Estas “Big 4″ no son las únicas, pues al jugoso negocio también se han unido cientos de empresas aunque con impactos menos significativos como Starship Entertainment, Fantagio, Woollim Entertainment, CUBE Entertainment, Yuehua Entertainment, entre otras.

En una industria dirigida completamente por hombres hay un factor de explotación preocupante que siempre ha existido y es innegable, señala “La Insolenta” al resaltar que también se han dado situaciones en las que muchos idols (mujeres y hombres) han sido forzados a hacer conceptos con los que no se sienten cómodos o usar prendas que no les agradan, como ha sido el caso de Stellar o Dalshabet.

“Desgraciadamente dentro de una industria vas a ver gente que abusa de su poder y pues que trata de llevar las cosas por un mal camino buscando ganar más dinero”, finalizó.

Un monstruo en ascenso
Mientras el monstruo del K-pop sigue llegando a los diversos mercados, el mismo Producto Interno Bruto (PIB) de Corea del Sur se ha visto beneficiado por la ola hallyu. El Sistema de Estadísticas Económicas del Banco de Corea del Sur declaró que la balanza de pago (total de las transacciones económicas entre un país y el mundo) con respecto a la música y el entretenimiento alcanzaron los 114,7 millones de dólares en el primer trimestre de 2019. Las exportaciones registraron USD 10.900 millones en el 2020.

El impacto también se siente en el sector turístico, pues de acuerdo con el Hyundai Research Institute (HRI), al menos 796 mil extranjeros viajan al año a territorio surcoreano influenciados por el K-pop, de los cuales uno de cada 13 lo hizo por BTS, lo que demuestra que el K-pop es un negocio 100% rentable.

En las redes sociales el asunto tampoco quedó atrás, pues Twitter dio a conocer que sólo en 2021 el hashtag que la plataforma creó para #kpop generó cerca de ocho mil millones de tuits, convirtiéndolo en uno de los temas de conversación más fuertes.

Incluso #PermissionToDance, el hashtag alusivo a una canción de BTS que fue nominada en los premios Billboard y presentada en los Grammy, entró en el top 10 de lo más tuiteado en todo el mundo.

Cifras de Korea Foundation también señalan que al cierre de 2021 se tenían registrados 156,607,448 millones de fans de la llamada “ola coreana” en el planeta, lo que representa un crecimiento de 1690.45% con respecto a lo registrado en el año 2012, cuando se dio el boom de Gangnam Style de PSY.

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