Antes de convertirse en el cantante exitoso que es hoy, el Buki vivió duros momentos.
El cantante mexicano nacido en Michoacán, Marco Antonio Solís, es considerado uno de los artistas más influyentes de la música latina. El Buki, de 62 años de edad, atraviesa por un gran momento en lo artístico ya que está realizando una gira por Estados Unidos, y en su vida personal, disfruta de su familia. Sin embargo, para llegar a ser uno de los artistas más importantes, Solís tuvo que atravesar por una dura infancia.
Hoy es todo alegría para Marco Antonio Solís, debido a que, por estos días, está brindando varios conciertos en Estados Unidos. El pasado fin de semana, el autor de ‘Si no te hubieras ido’ deleitó a todos sus fanáticos en Florida. Durante su primera presentación en Live Arena de Sunrise, el cinco veces ganador del Grammy Latino, entabló un gran vínculo con el público. El cantautor mexicano cantó en total 26 temas, los cuales repasaron toda su carrera de artista.
Por otro lado, uno de los datos más destacados en la vida de Solís es que no se corta su barba desde el año 1982. Pero, lo más sorprendente es su apodo ‘Buki’. En el norte de nuestro país suele decírsele a los más pequeños buki pero el artista de 62 años, se lo adjudicó para toda su vida. Antes de su carrera como solista, Marco Antonio Solís conformó el grupo ‘Los Bukis’ y el nombre se refiere a que todos eran menores de edad.
Pese a que El Buki ha logrado una gran fortuna vendiendo millones de discos en todo el mundo, el cantante tuvo que atravesar por difíciles momentos durante su crecimiento. Sus primeros años de vida, se caracterizaron por un predominio de las prohibiciones. Solís era el quinto de siete hermanos y muchos indican que tuvo que trabajar desde muy pequeño para ayudar con la economía del hogar.
La infancia de Marco Antonio Solís estuvo marcada por la pobreza y para ayudar a sus padres y hermanos, tuvo que trabajar como repartidor de una farmacia. Luego, con el correr del tiempo, el Buki comenzó a incursionar en la música y logró con los años, hacerse mundialmente conocido. Sin embargo, no se olvida de sus orígenes.